Imagina un ser vivo construido con partes de otros seres cuyo funcionamiento estamos muy lejos de conocer. Con trozos de vida conservadas en botes en la estantería de un laboratorio. Imagina crear artificialmente un organismo autoreplicante, es decir que pueda reproducirse, expandirse, interaccionar con el resto de criaturas del planeta. Imagina juntar piezas de un “Lego”, sin saber cómo hacerlo exactamente, cómo van a interaccionar, cómo van a reordenarse. Imagina que quien juega así a “ser dios” tiene una gran empresa vinculada financieramente al gobierno de los EEUU, y a las mayores petroleras del planeta. Imagina que este experimento es puesto en el mercado antes de que se establezca el sistema normativo que lo regule.
Estamos hablando de la bacteria sintética anunciada por el Instituo Craig Venter y la empresa Synthetic Genomics Inc. Y eso es exactamente lo que está pasando. Nos anuncian a bombo y platillo que han inventado la vida artificial de laboratorio. Un ADN artificial introducido en una bacteria.
La excusa: producir combustibles alternativos al petróleo. Para ello nos ofrecen un monstruo biológico. Funciones desconocidas, interacciones desconocidas, consecuencias imprevisibles. La biología sintética es una extensión de la misma Ingeniería Genética que produce los transgénicos. Es su versión extrema. Un nuevo intento de rediseñar la naturaleza. Y no tienen empacho en que su instituto se alíe financieramente a BP (véase en internet: “Golfo de México”) y a Exxon (véase en internet: http://www.exxonsecrets.org). Los de siempre. Los de las mareas negras, la guerra, el cambio climático. Ahora dicen que quieren para nosotros un futuro más verde … a partir de unos seres vivos de efectos imprevisibles, peligrosos, descontrolados.
Nos aseguran que el engendro no será liberado al medio ambiente. El caso es que también lo dijeron para muchos tóxicos y muchos transgénicos, para muchas particulas radioactivas. Sabemos que las criaturas de laboratorio pueden escapar, convertirse en armas biológicas, y amenazar a la biodiversidad natural.
Una vez más jugar a ser dioses. Cuando la humanidad ya dispone de tantas soluciones a los problemas. Soluciones de libertad, de respeto. Venter y su equipo, las empresas que los patrocinan, prefieren estos modelos de ingeniería genética extrema para calmar la sed y el hambre de energía de unas sociedades cuyo desbocado consumo nos dicen que debe ahora ser satisfecho con estos monstruos biológicos. Los beneficios de este juego demoniaco serán para los de siempre. Las consecuencias las sufriremos el conjunto de habitantes del planeta.
Mientras un puñado de grandes empresas y de gobiernos cómplices se empeñan en expoliar a los ecosistemas y a las campesinas y campesinos del mundo, con la excusa de más y más tecnología para «resolver los problemas», Greenpeace trabaja para mantener los modelos agrarios sostenibles y ecológicos basados en libertad y soberanía, para cambiar los modelos de transporte y energético, para replantear los modelos de consumo, para conservar la biodiversidad, para devolver a la ciudadanía la libertad de elección y la transparencia en las opciones tecnológicas.
Juan-Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace
Bravo por Patricia y Pablo. Un poco de cordura nunca está de más. Efectivamente, lo importante es informarse y no lanzar ofensivas críticas sin tener la más mínima idea de cómo ha sido diseñado ese «mounstruo artificial». Si la sociedad interacionase más con la ciencia, todos sabriamos que este tipo de cosas no se hacen a la ligera.
Saludos
Otro socio de Greenpeace…
Cierto estudioso que se dedica a la difusión de la ciencia en la cultura popular se alegra, dice, de que por fín se haya acabado el largo «paréntesis darwiniano» (dícese de la evolución, toma ya; la evolución dicen algunos que es un simple paréntesis y además darwiniano), debido a la difusión horizontal del conocimiento, por un lado, y al poder que hemos adquirido, gracias a la ingeniería genética, de imitar a las bacterias, que siempre han intercambiado información genética horizontalmente, de dos mil formas diferentes. Alucinante. Alucino por como el más mínimo «poder» se nos sube a la cabeza más que la heroína y nos hace desfasar, y es que nuestro cerebro no sabe gestionarlo. De ahí tanto despotismo y tanta destructividad. Si estuviéramos hechos para el poder sabríamos usarlo con justicia y moderación para el bien de toda la manada. Sabemos que no es así. Además, el desarrollo de estas técnicas, peligrosas de por sí, va de la mano con el bloqueo global de esa otra difusión horizontal, la del conocimiento, a base de patentes y biopiratería, privatizándose hasta la vida misma; esa difusión horizontal de la cultura que sí necesitamos para poder seguir evolucionando… Y su implementación, lejos de crear más diversidad, como ocurre en el mundo bacteriano, está acabando con ella.
Lamentable acción del hombre, como leí por allí , ;me sorprende la burtalidad de las bestias pero más me sorprende la bestialidad de los hombres. Adelante Sr. gracias por su labor el mundo estamos agradecidos por ayudar a sensebilizar y defender, a ser la voz de los que no tenemos voz.
comprobado se ha dejado de fabricar pienso con cereales naturales , ATENCION: todo está genéticamente manipulado si quereir añadirlo a la lista roja, aunque no os parezca un peligro sí lo es, los géneticos ya están en la tierra mediante el abono y se están ahora mismo extendiendo por todos los campos del territorio.
Un saludo, por cierto el ministerio de agricultura no me ha contestado.
Hola Nofler,
Desde el 18 de abril de 2004, hay que etiquetar los alimentos que contienen organismos modificados genéticamente (OMG) o derivados de estos para comercializarlos en la Unión Europea (en la etiqueta debe constar la mención «modificado genéticamente» o «producido a partir de -nombre del ingrediente- modificado genéticamente»).
Sin embargo, existe un grave vacío legal: no es obligatorio etiquetar los productos alimentarios que proceden de animales alimentados con OMG. De este modo, y pese el rechazo de la gran mayoría de los consumidores europeos, los OMG siguen produciéndose a gran escala a nivel mundial y importados, mayoritariamente, para la alimentación animal. Como resultado, entran todos los años en la cadena alimentaria de la Unión Europea 20 millones de toneladas de OMG sin que los consumidores sean informados. Sin quererlo, estamos estimulando la producción de OMG. Etiquetar estos productos es esencial para poder garantizar la libertad de elección. Y en esa lucha sigue trabajando Greenpeace.
Salu2,
Greenpeace
Para los que apoyan esta creación, tan solo decirles que no se piensen que todo es tan fácil. Y no se crean que a la gente de a pie nos pueden venir a decir tranquilamente «hemos inventado vida en un laboratorio, cuyo fin… etc» y que nos quedemos tan tranquilos. Cuando la ciencia se aplica para que, los de siempre, acumulen grandes montañas de dinero, y una vez más el control sobre los seres humanos, su consumo, etc; a mi no me convencen.
Si al menos hubiera un discurso claro con los habitantes de, este su plantea, porque es suyo, no nuestro, quizás de esa manera (democratica) llegariamos alguna parte.
Creo que hay mucha gente en este planeta que estamos hartos de tanta imposición y tanto control.
Hola,
Gracias a quienes se han interesado por nuestro post en este blog.
En efecto, el problema no es la ciencia sino del uso que se hace de ella y el modelo político que ampara determinados desarrollos tecnológicos. Esta es y ha sido siempre nuestra postura. Por ello la actividad de Greenpeace en defensa de la ciencia responsable es importante.
Greenpeace no se ha posicionado en contra de un descubrimiento científico. Aquí no se descubre nada. Aquí se implementan desarrollos basados en una información de la que ya se disponía, aquí se patentan procesos tecnológicos para interés exclusivo de un grupo de corporaciones. Por otra parte no es una nueva ciencia sino un conjunto de aplicaciones tecnológicas basada en datos científicos nada nuevos.
Creemos que las elecciones tecnocientíficas deben ser tomadas en un ambiente de transparencia y democracia. Y, sobre todo, con la intervención de la sociedad civil. A diferencia de lo que viene ocurriendo. Por ejemplo, en España en materia de tóxicos, biotecnología, etc: las comisiones nacionales creadas a estos efectos no incluyen a miembros de la sociedad civil, si lo hacen es de manera meramente consultiva y en la mayor parte de los casos las decisiones políticas se anteponen al debate público y a las evaluaciones científicas (En el caso de la industria de la biología sintética).
Posicionarse abiertamente acerca de la tecnociencia no es alarmismo. Informar a los ciudadanos sobre las decisiones tecnocientíficas que se están tomando 1. a sus espaldas, 2. sin consenso científico ni político, 3. sin el marco jurídico ni político que garantice el correcto desarrollo de la tecnología y el control de sus fallos, 4. con fines exclusivamente económicos, 5. con la excusa de ayudar a los pobres (que no son subdesarrollados, por favor, a estas alturas…), 6. controlado por pocas grandes multinacionales biotecnológicas -que ya han tratado de vendernos sus mentiras en varias ocasiones en el siglo pasado y siempre sin cuplir las promesas-, 7. financiado parcialmente por las grandes petroleras … nos es alarmismo, no es meter miedo. Posicionarse e informar es un ejercicio de libertad y de responsabilidad.
Como bien dices, Pablo, no es un “bicho”. En efecto, como explicito en mi artículo, es una célula. Y como tal, es vida, es parte de la vida, detiene algunas de las propiedades de la vida. Es, entre otras muchas cosas, autoreplicante. En cuanto a la palabra “engendro”, pues eso, viene de engendrar, de crear vida.
Con respecto al “diseño” de este ser vivo, muchas son las científicas y los científicos que reconocen que no disponemos de suficiente información para poder agregar trozos de ADN, que los conceptos de desregulación génica son una realidad importantísima al alterar la secuencia genética, que es mucho más lo que desconocemos sobre la interrelación entre secuencias génicas que lo que conocemos.
Con respecto a jugar a ser dioses: una cosa es modificar el entorno y otra jugar a creernos que creamos vida, juntando de manera incontrolada piezas de otros seres que también son vida.
Por ello, las funciones que desempeñe esta célula sintética, puede que sean en parte las que “se espera”. Pero seguro que desarrollará otras muchas características “no esperadas”, efectos “secundarios”, etc. De hecho, esto no es una hipótesis: véanse los 12 años de transgénicos en Europa y los “efectos inesperados” en términos de daños a especies no-objetivo (MON 810), efectos sobre la salud (MON 863, NK 603…), efectos a escosistemas acuáticos y en suelos (MON 810 de nuevo), genes de resistencia a antibióticos, selección de virulencias en plagas, contaminación genética de variedades locales, introducción de resistencia a herbicida en vegetación adventicia, contenidos de lignina aberrantes en soja RR, producción a niveles sub-letales de toxina Bt por parte del maíz Bt, concentraciones exageradas de metilglioxal en levaduras transgénicas, etc.
Pero es que esta bacteria es mucho más que un transgénico. Es el extremo más duro de la manipulación genética. Jugamos con un peligroso juguete cuyas partes apenas hemos empezado a entender.
Sin contar con la liberación ambiental que, tarde o temprano, existirá. Como ha existido con muchos Organismos Modificados Genéticamente que supuestamente eran exclusivamente para laboratorio. Incluso los ambientes más confinados, por error, accidente o intención, dejan de serlo en algún momento. Casos ha habido decenas: presencia del maíz Bt 10 en importaciones a Europa (supuestamente no autorizado para comercialización), presencia de semillas de lino transgénico (supuestamente estrictamente experimental), presencia de arroces no autorizados. Y no quiero aburrir.
Te pediría Pablo que nos hicieras llegar aquella información que te permita afirmar y demostrar de antemano que “es una célula que artificialmente ha sido tratada para no interactuar con otras.” Y por supuesto, que sea veraz, imparcial y científica 😉
Añadiría que el concepto de “salvar vidas” pertenece a una obsoleta visión imperialista. Por una parte porque de lo que se trata es de patentar, de acaparar poder y control, de concentrar riqueza (para saber más sobre Venter y las patentes). Queremos recordar que las noticias sobre las aplicaciones de estos inventos son propaganda no verificable. Por otra, porque los menos favorecidos, los empobrecidos, no necesitan que los laboratorios y las empresas occidentales les “salven”. Las “vidas” que se quieres salvar están pidiendo que se paralice inmediatamente la destrucción de su biodiversidad y de sus sistemas de producción agraria ancestrales, que se les permita intercambiar saberes y cultura, que se les deje utilizar sus propias tecnologías cuya eficacia social, económica y ambiental ha sido demostrada, que no se les asesine o se les desaparezca si se atreven a evidenciar la actividad de determinadas empresas…
Una vez más: no se dan las condiciones políticas y sociales para autorizar estos peligrosos juegos.
Juan Felipe Carrasco, responsable de la campaña de Transgénicos de Greenpeace
ENLACES COMPLEMENTARIOS:
-Para tener una visión de las relaciones entre el Craig Venter Institute, la empresa Synthetic Genomics Inc, BP y EXXON, entre otras.
-Para visualizar gráficamente los inversores de Synthetic Genomics, ver este póster
-Para entender la compeljidad de esta ciencia y las inmensas incertidumbres, explicadas por científicas/os e ingenieras/os del sector. Número 463 de la revista NATURE, de enero de 2010
Esto es algo sorprendente. En efecto, nada que haya ocurrido antes nos ayuda a pensar que realmente es hora que el ser humano deje de pretender cambiar el mundo. Si hace miles de años la tierra fue creada sin la ayuda e intervención del humano, no veo por qué ahora tendremos que «inventar» pseudo organismos que nos terminarán matando a todos. Como dice el artículo ¿Cuáles son las consecuencias conocidas de utilizar esa bacteria? No se sabe, igual que no se sabía la consecuencia del uso indiscriminado de petroleo, igual que se sabia poco de las consecuencias del gas, de la tala de árboles, de la matanza indiscriminada de animales para el comercio. Basta ya, la tierra está en huelga y terminaremos muriendo todos por alguna catástrofe. Finalmente el dinero, tan anciado para aquellos que están firmando nuestra perdición, no servirá de nada en un mundo sin humanos y sin vida.
Hombre, creo que eso es exagerar bastante. No hay que ser alarmistas y catastrofistas, así no convencemos a nadie. La ciencia es buena en sí misma, es necesaria e intrínseca al ser humano. Otra cosa puede ser el uso que se haga del conocimiento que genera.
Lo de actuar como un dios es un argumento en mi opinión demagogo e inútil, por supuesto que los hombres y mujeres actuamos como dioses y modificamos el entorno a nuestro gusto.
No creo que GP se deba posicionar tan abiertamente en contra de un descubrimiento científico, al que incluso otros científicos han restado importancia. Incluso la iglesia ha sido más medida a la hora de hacer valoraciones.
Tenemos que tener más respecto a la población a la que se intenta concienciar, no ser simplistas y dar miedo porque eso genera desconfianza y parálisis.
Un saludo,
un socia de Greenpeace.
Por favor, Juan-Felipe, no te inventes las noticias.
No se trata de un bicho como lo vendes, es una célula.
Se sabe perféctamente qué funciones tendrá esa célula porque se ha diseñado con unas funciones determinadas.
No se puede escapar de ningún laboratorio, y aunque alguien lo expusiera a un ambiente natural, es una célula que artifialmente ha sido tratada para no interactuar con otras.
Es una nueva ciencia que es capaz de salvar muchísimas vidas, principalmente en países subdesarrollados, así que menos decir estupideces y más a leer los artículos oficiales que envían los científicos.
Muchas gracias