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Archive for 29 de noviembre de 2010

El aeropuerto de Cancún ha sido un hervidero este fin de semana, vuelos procedentes de todo el mundo han llevado hasta aquí a negociadores de los diferentes estados, a grupos de científicos, a representantes del sector empresarial, a gente de los sindicatos, a miembros de las ONG, etc. Todos con el objetivo común de asistir a la COP16.

Se trata de una reunión necesaria e importante porque, pese al fracaso de la cumbre de Copenhague, el problema que se trata en este foro sigue existiendo y cada vez es más urgente actuar. Tras el fracaso de la COP15, todo son interrogantes: ¿algún país va a dar muestras de querer aumentar sus compromisos de reducción de emisiones hasta alcanzar los límites recomendados por los científicos para evitar un aumento de la temperatura global de 2ºC? ¿seguirán las desavenencias respecto a la necesidad de firmar un segundo compromiso del Protocolo de Kioto? ¿se establecerán las bases de un fondo global que gestione las aportaciones que los países industrializados deben hacer llegar a los países en desarrollo?

No tengo la respuesta a ninguna de estas preguntas, sólo las delegaciones saben como afrontan esta reunión, pero sí quiero recordarles que no se trata sólo del clima. La cumbre de Cancún es la oportunidad de los Gobiernos de elegir entre seguir anclados en un sistema energético y económico anacrónico y peligroso o liderar el avance hacia la economía verde, la única posible en un futuro cercano. El cambio climático no espera a nadie y seguir “mareando la perdiz” en Cancún, esperando a que Estados Unidos se libre de la influencia del Tea Party y pueda asumir compromisos de reducción de emisiones ambiciosos es asumir serios impactos del cambio climático en todo el mundo y cargar con la muerte de millones de personas en la conciencia.

India acaba de presentar una propuesta muy constructiva en la que asume su responsabilidad y se compromete a hacer su parte del esfuerzo con independencia de la posición estadounidense y potencias como la Unión Europea o China deben hacer lo mismo. No pueden dejar a sus ciudadanos y sectores productivos desprotegidos ante el cambio climático y deben buscar elementos de consenso para pasar a la acción conjuntamente. La UE es el más claro ejemplo de la efectividad de las renovables y China ha demostrado su voluntad de liderar la carrera hacia un futuro verde, además ambas potencias representan, conjuntamente, un altísimo porcentaje de las emisiones, la industria y la población mundial, por eso un paso adelante conjunto podría ser tan valioso.

La UE debe buscar en China al aliado en esta negociación e intentar construir un régimen internacional, basado en las responsabilidades comunes pero diferenciadas, empezando por poner sobre la mesa el compromiso de reducción de emisiones del 30% para 2020. Se lo pide el clima, pero también la economía. Los beneficios derivados del 30% han sido reseñados por instituciones europeas como la Comisión o el Parlamento y varios países y empresas de la UE consideran que es un paso estratégico que hay que dar cuanto antes.

Entre estas empresas están, por ejemplo, Acciona, Abengoa o Bodegas Torres, todas ellas clave en el tejido económico español y todas ellas deseosas de que el gobierno español apoye abiertamente el compromiso europeo de reducción de emisiones del 30% para 2020. Es momento de que Zapatero demuestre su que su compromiso con el clima y con el empleo verde manifestado en el G20 hace unas semanas no son palabras vacías.

Estamos a las puertas de otra cumbre climática, todo está por hacer y todo es posible, pero lo único que no podemos permitirnos es seguir sin hacer nada.

En México, Aida Vila, responsable de la campaña de Cambio climático de Greenpeace

Vídeo Estoy caliente
Firma por el 30% de reducción de emisiones en Europa.

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Precisamente hoy, el primer día de la cumbre anual sobre cambio climático de las NNUU, ha llegado otro triste anuncio para el clima: el Gobierno de Groenlandia acaba de anunciar el reparto de los derechos sobre de 70.000 km2 de fondos marinos al oeste de Groenlandia a sendas compañías petroleras para la explotación de los yacimientos petrolíferos presentes ahí. Las empresas que las se han adjudicado las licencias son Cairn, ConocoPhillips, DONG, Shell, Statoil, GDF Suez y Maersk.

Todas las licencias concedidas se encuentran más al norte respecto a las exploraciones realizadas hasta este año con lo que, por supuesto, aumentan los problemas que hemos denunciado en varias ocasiones respecto a la perforación en el Ártico: una ventana temporal para la perforación más estrecha, más mar helado durante más meses, peores consecuencias en caso de vertido, etc.

Es lamentable que el gobierno de Groenlandia ignore todas las alarmas que ha disparado el vertido de petróleo de BP y permita a la industria petrolera jugar con la naturaleza única del Ártico y con el clima. Tapizar la costa oeste de Groenlandia con plataformas petrolíferas es muy mal camino para tomar en estos tiempos, en los que la Humanidad ya se enfrenta a los primeros efectos de un cambio climático generado por la quema de petróleo.

A pesar de que los yacimientos petrolíferos ya están repartidos, en realidad, para poder perforar las compañías todavía tienen que obtener las licencias correspondientes ya que no se trata de permisos de perforación sino derechos exclusivos sobre las diferentes áreas.

Por esta razón pedimos tanto al gobierno de Groenlandia como a las compañías petroleras que recuerden su responsabilidad frente al planeta. Para salvar el clima no podemos consumir más que una cuarta parte de las reservas de combustibles fósiles disponibles y acometer nuevas perforaciones en condiciones extremas es innecesario, arriesgado y una mala jugada para las próximas generaciones.

Puede que, si en Cancún, los gobiernos hicieran su trabajo y consiguiesen avanzar decididamente hacia un acuerdo internacional para salvar el clima, no tendríamos siquiera que dar malas noticias como estas ya que podríamos ir hacia el abandono del petróleo.

Sara Pizzinato, campaña de clima y transporte de Greenpeace

Más información:
Link al anuncio del Gobierno de Groenlandia (en inglés).
Los activistas de Greenpeace continúan con su acción de denuncia en una plataforma petrolífera en Groenlandia

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Los biberones en Europa dejarán de contener bisfenol-A (BPA) en marzo de 2011. Como se explicaba en el post El extraño caso del bisfenol-A y el principio de precaución, estos biberones tóxicos implican un grave problema de salud para quienes los utilizan puesto que la sustancia en cuestión entra en los alimentos que contienen. Se trata, a primera vista, de la cara más despiadada de este veneno. Esta prohibición se decidió en el Comité Permanente de la Cadena Alimentaria y de Sanidad Animal de la UE tras varios meses de discusiones entre la Comisión, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, los Estados miembros y la industria.

John Dalli, Comisario de Sanidad de la UE se felicitaba de la “buena noticia para los consumidores” y reconoció que existe «incertidumbre» en torno al BPA y a las repercusiones que pueda tener «en el desarrollo, la respuesta inmune o el desarrollo de tumores».

¿Entonces? ¿No se convierte esta respuesta en una noticia solo regular para los consumidores? ¿Quién está a cargo de nuestros intereses? Reconociendo la UE que el BPA es una sustancia tan peligrosa, ¿han tardado meses en prohibirla y sólo en biberones? Un informe de Greenpeace y WWF, realizado en 2005 detectó esta sustancia en sangre de mujeres embarazadas y en cordón umbilical. Esto viene a demostrar que acabar con la exposición generalizada a esta sustancia tóxica va más allá de esta medida.

La prohibición de BPA en biberones para “proteger” a los consumidores, se hace tras meses de negociación, industria incluida. Por eso, cuando la negociación es “interés industrial vs. protección de la salud”, los intereses públicos ganan y pierden a la vez. Os quitamos biberones y os dejamos el resto…

Por eso la semana pasada tuvimos una noticia buena y una mala. Los bebés ya no se expondrán al BPA a través de los biberones en la UE. Pero, hay que seguir trabajando para que ni los bebés, ni el resto de la sociedad siga en contacto con este veneno que todavía seguirá encontrándose, en las latas de comida, en los recibos de la compra, en empastes dentales, en ordenadores, teléfonos móviles, dispositivos médicos…etc

Sara del Río, responsable de la campaña de Contaminación de Greenpeace

Campaña de Contaminación de Greenpeace

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