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Archive for 13 de julio de 2010

Gipuzkoa lleva meses debatiendo cual será su futuro en cuestiones de gestión de sus basuras. Y como en todo conflicto existen dos posturas enfrentadas. Los interesados y, con intereses, en construir una gran incineradora que devore todos los residuos (entre los que destaca la Diputación de Gipuzkoa y algunos lideres de partidos políticos), y los empeñados en conseguir un futuro sostenible en el que la recuperación y el reciclaje sean la clave (ayuntamientos y ciudadanía).

Pocas veces el pequeño tiene posibilidades en tan desigual enfrentamiento. Sin embargo, parece que Gipuzkoa está empeñada en demostrar que puede ser un territorio «Residuo Cero». Y varios municipios están trabajando hacia ese objetivo. Y no se lo están poniendo fácil pues las presiones a la que están siendo sometidos es enorme por parte del voraz lobby incinerador.

Pero a pesar de las dificultades, el pasado 7 de julio el pleno del Ayuntamiento de Antzuola (Gipuzkoa) decidió, sin ningún voto en contra, la puesta en marcha de la recogida selectiva de basura «Puerta a Puerta» (PaP) este mismo año. Antzuola pertenece a la Mancomunidad de Debagoiena, que también ha decidido pasarse al PaP en un plazo de dos años. Forman parte de esta mancomunidad Elgeta, Bergara, Eskoriatza, Aretxabaleta, Leintz-Gatzaga, Arrasate y Oñati. En total 62.000 personas que sumadas a los 37.000 vecinos de Usurbil, Hernani y Oiartzun, que llevan meses con el sistema en funcionamiento, ponen en evidencia a quienes de forma interesada pretenden hipotecar décadas de desarrollo sostenible de Gipuzkoa construyendo una incineradora innecesaria.

El sistema de recogida selectiva «PaP» consiste básicamente en no mezclar los residuos que generamos, distingue en 5 fracciones nuestra basura (orgánica, papel y cartón, envases, vidrio y resto o rechazo) que se recogen de los portales a horas establecidas y en diferentes días de la semana. El sistema logra reciclar más de un 80% de las basuras, hace que los contenedores no estén en la calle (en Hernani la retirada de los mismos permitió recuperar 73 nuevas plazas de aparcamiento para los vecinos), se consigue un compost de calidad (superior al 90%), protege nuestra salud y entorno, ya que nos libra de la emisión de sustancias y gases tóxicos que producen las incineradoras.

Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación.

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El cambio climático es una realidad incuestionable. Así se desprende, por ejemplo, del último informe sobre cambio climático publicado en Cataluña o del nuevo récord de mínimos detectado por el National Snow and Ice Data Centre británico en el hielo marítimo del Ártico, por poner dos ejemplos recientes. Cada nuevo dato científico que ve la luz confirma no solo la realidad de este fenómeno sino la urgencia con la que tenemos que actuar para frenarlo, sin embargo, algunos siguen empeñados en negar la evidencia.

Todos recordamos el enorme impacto mediático que tuvo, justo antes de la cumbre de Copenhague, el robo de correos electrónicos de algunos científicos de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y la utilización del contenido de los mismos como presuntas pruebas de la falta de rigor de los científicos que integran el Panel Intergubernamental de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (IPCC).

Este episodio, que se bautizó como “climategate”, ocupó los periódicos de todo el mundo y motivó el inicio de varias investigaciones independientes tras las cuales ya han concluido con los mismos resultados: el cambio climático es una realidad incuestionable y ninguno de los datos recogidos en los correos robados recoge datos que pongan en duda la afirmación anterior.

Según estas investigaciones, las “dudas” acerca de algunos datos científicos que fueron presentadas  como prueba de la falta de rigor de los científicos imputados son las dudas habituales en todo proceso científico y no pueden ser consideradas indicios de irregularidad. Tal como recogen las conclusiones de la tercera de las investigaciones realizadas entorno al “climategate”, publicadas recientemente:

  • La ciencia del clima requiere los niveles más elevados de honestidad y rigor y de la investigación realizada no se desprende que los científicos imputados hayan faltado a estos valores.
  • Ni en la parte del cuarto informe del IPCC (2007) destinada a la toma de decisiones de los líderes políticos mundiales ni en el resto del informe existen evidencias de ningún comportamiento que pueda poner en duda sus conclusiones.

Es, pues, la tercera vez que una investigación independiente sobre el “climategate” exonera a los científicos imputados. Tres de tres. Esto significa que pese a los daños irreparables que este episodio ha causado en los científicos imputados, su rigor profesional y la veracidad de la ciencia del clima están hoy fuera de toda duda. Una gran noticia que, sin embargo, no aparece publicada en los mismos periódicos que se hicieron eco del “climategate”… Algo está fallando aquí y no es la ciencia del clima.

Aída Vila, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace.

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