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Archive for 2 de julio de 2010

Ya ha dado comiendo la 13ª edición de los campamentos de verano de Greenpeace, que este año tendrán lugar en las localidades de Pontedeume (A Coruña) y Alborache (Valencia), en los que participarán más de 200 niños y jóvenes de 11 a 17 años repartidos en cuatro turnos. Los campamentos de Greenpeace tienen como objetivo que los participantes conozcan, de una forma didáctica y divertida, los problemas que sufre el planeta y sus soluciones.

Los campamentos de verano de Greenpeace son especiales. Los chicos y chicas que participan en ellos desarrollan actividades propias de un campamento de verano como son excursiones, actividades multiaventura, vivacs, talleres y juegos nocturnos. Pero además, tienen la oportunidad de conocer a fondo la importancia de cuidar el medio ambiente.

El centro de Alvarella, en el municipio de Pontedeume, acogerá a los grupos de mayores, concretamente, hasta el 10 de julio asistirán jóvenes de entre 11 y 14 años; del 11 al 20 será turno para los de las edades comprendidas entre 13 y 15 años, y del 21 al 30 para los jóvenes de 15 a 17 años. Todos los grupos realizarán un proyecto medioambiental en el que se investigarán los problemas locales y se pondrán en práctica las campañas de la organización. Además, realizarán una actividad pública con la población local para promover iniciativas que mejoren la situación medioambiental de la zona.

El turno que se realizará en Alborache (Valencia) está destinado exclusivamente a niños y niñas de 8 a 10 años, que disfrutarán de “un viaje a través del arco iris”. La motivación de este campamento se basa en un juego, por el que el arco iris se pierde en la noche del campamento. Los participantes, futuros “guerreros y guerreras del arco iris” (como cuenta la leyenda de los indios Cree) deberán de buscarlo para ayudar a la Tierra. De este modo, cada día trabajarán sobre una campaña de Greenpeace e irán recuperando los diferentes colores para salvar el planeta.

Departamento de Participación de Greenpeace

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Aprovechando la fiebre futbolera de este día y de la moda de las analogías con el mundial de fútbol, podríamos decir que, la biodiversidad pierde 3-0 contra la industria. Tras el fracaso de CITES en marzo y el de la Comisión Ballenera Internacional la pasada semana, ahora hay que sumar el “gol” de la industria atunera. Todo esto en un momento en el que la biodiversidad juega su propio “mundial” ya que este 2010 es el Año de la Biodiversidad.

Esta semana se ha celebrado en Brisbane, Australia, la reunión anual de las cinco organizaciones regionales de pesca (ORP) y responsables de la gestión y captura global de las distintas especies de atún que forman parte de nuestros platos favoritos como son empanadas, ensaladas, sandwiches, pizzas,…

Las especies de atún están sobreexplotadas en la mayoría de los mares y océanos del planeta. El atún rojo del Atlántico y el del Pacífico están críticamente amenazados. Además, lo que conocemos como atún claro, cuyas latas pueden contener atún rabil (yellowfin) ó atún patudo, están también sobreexplotados tanto en el océano Índico como en el Pacífico. Incluso el hasta ahora relativamente sostenible atún listado también ha hecho saltar todas las alarmas al ser capturado en grandes cantidades con métodos insostenibles como los Sistemas de Agregación de Peces (FAD* por sus siglas en inglés), con los que se captura de forma accidental otras especies como tortugas y tiburones.

El problema de la sobrecapacidad de la flota pesquera se reduce a matemáticas básicas y es algo tan sencillo como que la cantidad de barcos y su capacidad de pesca es mayor  que la cantidad de peces en el agua. Para dar unas cifras, se estima que hay más de 20 millones de barcos explotando los recursos pesqueros del planeta, con una capacidad que supera en 2,5 veces la cantidad de peces en los caladeros. La propias ORP reconocen que este problema es real, y acudieron a la reunión con la intención de buscar soluciones. Sin embargo, la gravedad del problema no se corresponde con la reacción de quienes deben tomar las decisiones, y las ORP se resisten a tomar medidas para reducir la capacidad de las flotas (en este caso de las atuneras) a niveles sostenibles.

Con esta actitud, la industria pesquera está cavando su propia tumba al “vaciar” los océanos de esta manera y, por si esto no fuera poco, arrastran consigo a las comunidades locales, que ven bloqueados todos sus intentos de mantener y proteger los recursos pesqueros que les proporcionan fuente de ingresos y de alimento.

Ante este problema y falta de respuesta, los consumidores y los supermercados comienzan a reaccionar y a dar ejemplo cesando en la compra y venta de especies amenazadas, aunque aún queda mucho por hacer y el tiempo de este “partido” se agota.

Paloma Colmenarejo y Elvira Jimenez. Campaña de Océanos de Greenpeace.

Más información:
*FAD: es un arrecife artificial diseñado para atraer a los atunes y otros animales marinos que se acercan atraídos por la protección y refugio y la posibilidad de proporcionarles alimento. Estos dispositivos no suponen ninguna amenaza por si mismos, sino que al ser usados conjuntamente con los grandes cerqueros se convierten en una combinación letal al calar las redes en estas zonas ya que supone una alta tasa de capturas accidentales de juveniles de atunes y otros animales marinos. Este método de pesca es muy destructivo y Greenpeace pide el cese de su utilización.
Vídeo explicando como funcionan los FADs (en inglés)

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