Todo ministro o jefe de estado que quiera hacerse respetar, parece que de repente tenga la obligación de alabar las bondades del coche eléctrico. Así como, después de que se les obligara a reducir sus emisiones, los fabricantes de automóviles están volcados en el desarrollo (con dinero público, claro está) de una tecnología de la que no querían ni oír hablar hace tan sólo un par de años. Ante la unanimidad de administraciones y fabricantes, el vehículo eléctrico está generando reacciones encontradas en la piel de las personas que ya no saben bien si fiarse de sus bondades, o no.
Y entonces en Greenpeace decidimos realizar un estudio (Electricidad verde para los coches eléctricos), juntos con Amigos de la Tierra y Transport and Environment, para averiguar exactamente cuáles son las condiciones gracias a las cuales el coche eléctrico puede ayudar a reducir las emisiones del sector automovilístico.
Aunque es cierto que el coche eléctrico es intrínsecamente más eficiente que un coche de motor de combustión interna, del orden de unas tres veces más eficiente, y que no genera emisiones directas y locales, no es una cuestión nimia cómo se usa esta tecnología a la hora de calcular su impacto sobre el medio ambiente. Lo lógico es que estos se recarguen con renovables y que sustituyan a los coches más contaminantes: enchufar un auto a una central nuclear o a una térmica de carbón ¡¡no es sostenible!!
Y sin embargo, la actual legislación europea empujaría en dirección contraria gracias a una trampa legal que se han encargado de poner los fabricantes de coches (llamada “supercréditos”). La legislación comunitaria existente sobre emisiones de CO2 de los coches permite a los fabricantes utilizar las ventas de vehículos eléctricos para compensar el hecho de que sigan produciendo automóviles muy contaminantes. Los llamados “supercréditos” para los vehículos eléctricos permiten a la industria automovilística vender 3,5 coches de emisiones elevadas por cada coche eléctrico que vendan, sin que esto afecte al cumplimiento de su objetivo legal de reducción de las emisiones medias de CO2 de su flota.
Nuestro informe muestra que esto tiene como consecuencia el aumento del consumo de combustible y de las emisiones de CO2 asociadas, en comparación con un escenario sin vehículos eléctricos. Además, hemos demostrado que incrementar las ventas de coches eléctricos hasta el 10% de las ventas totales podría conducir a un aumento del 20% tanto del consumo de petróleo como de las emisiones de CO2 del total de la flota de vehículos europeos (convencionales y eléctricos).
Antes de hablar de cómo será el coche eléctrico del futuro, el Gobierno español, como Presidencia Europea, debería encargarse AHORA de eliminar los “supercréditos” de la legislación europea sobre las emisiones de los turismos y así eliminar una de las mayores barreras a un uso sostenible de un vehículo, el eléctrico, con gran potencial de sostenibilidad.
Sara Pizzinato, responsable de la campaña de Transporte de Greenpeace
Totalmente de acuerdo en eliminar los supercréditos. Pero el desarrollo del coche electrico no tiene que ver nada con los fabricantes, sino con el publico en general y los medios de masas que fomentan un consumismo irresponsable: Ya sabes que la mejor manera de resolver un problema, es negar que exista, que ya vivimos en la era de la desinformacion masiva (el principal producto de consumo, y fuente de grandes negocios irresponsables y suicidas).
Ya pueden vender todas las cafeteras de combustion que quieran los fabricantes tradicionales, que ya hace rato que hay un monton de gente concienciada convirtiendo coches de gasolina en electricos, y pequeñas compañias que SOLO FABRICAN ELECTRICOS. Y es a esta gente, que por supuesto pretende que la energia sea de origen renovable, aunque en realidad poco puedan hacer, a la que hay que apoyar.
Porque si esperas algo de los politicos y
la elite capitalista, es que no sabes en que mundo vives.
Es mas, independientemente de que uno de cada tres anuncios de TV es de coches, y ni uno solo de ellos es
de coches electricos, resulta que hay iniciativas completamente al margen del mercado de coches tradicionales, que promueve cosas como «compartir el enchufe propio con los demas», para tratar de paliar
uno de los problemas fundamentales: La reducida autonomia de las baterias de los coches electricos, que es el gran escollo que el consumidor tiene a la hora de decidirse por uno de estos vehiculos limpios.
Tan limpios como viento sople y molinos haya.
La gente sigue prefiriendo comodidad a libertad, y
resulta que todavia no sabe, que una y otra solo estan
reñidas en las mentes poco lucidas, o bien en las
mentes interesadas en vender basura contaminante,
a precio de tecnologia punta.
internete
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PD: No pongas trabas al futuro electrico renovable. Simplemente deja que se desarrolle libresponsable.
PD2: Comparte tu enchufe en alargador.org
PD3: Si el coche electrico genera mas CO2 indirecto que el coche de combustion, cosa que estoy convencido de que es un analisis incorrecto o interesado, entonces es que de hacer tantos numeros, nos hemos vuelto idiotas.
PD4: Una bicicleta es un vehiculo de combustion que genera CO2, lo mismo que un autobus de combustion: Quemas hidrocarburos (comida) mezclados con oxigeno (respiracion) para generar la energia (pedaleo) que los mueve…
¡Pero no tiene sentido meterse por esos derroteros!…
…¿O si va a tener uno que meterse, oyendo lo que oye a veces sobre los VEs?
PD5: Aprende a distinguir mas de un bit: No es lo mismo
publico que colectivo. No es lo mismo autonomo que privado. No es lo mismo coche que humo. No es lo mismo electrico que nuclear.
Lo que si son lo mismo, son el huevo y la gallina.
Y los coches electricos y las energias renovables son como el huevo y la gallina.
¡A ver si tienes cojones de tratar de averiguar cual de los dos fue primero!
Muy interesante la información ya que nos hace reflexionar más allá de que el coche sea eléctrico o no. Especialmente, sobre el origen de la electricidad que lo alimentará.
Lo de los Supercréditos, lo desconocia en caso de que sea algo diferente al mercado de derechos de contaminar que siempre me ha parecido una cosa rarita.