En la medida en que asimilamos el fracaso de la Cumbre de Copenhague, tenemos ahora que enfrentarnos a la realidad cierta de que las emisiones contaminantes continúan aumentando. Mientras tanto, el proceso de negociación internacional contra el cambio climático se encuentra en la UVI. Por ello, tenemos la doble tarea de analizar las razones que llevaron al fracaso de aquella cumbre y de repensar una nueva estrategia que pueda sacarnos de la actual parálisis en la que estamos inmersos.
Entre las razones que, desde mi punto de vista, llevaron al fracaso en Copenhague hay tres que destacan: falta de liderazgo, de voluntad política para hacer frente al problema, y desastrosa organización por parte del país anfitrión. Cómo las ordenemos es indiferente.
Tal vez la falta de voluntad política para enfrentar el problema del cambio climático sea la razón más importante por la que la Cumbre de Copenhague haya fracasado. Con la excepción de los países afectados de manera más dramática por el cambio climático –islas del Pacífico y África–, no hubo durante las reuniones en el Bella Center la más mínima ambición por parte de los grandes países para, de verdad, hacer frente al problema. Por ejemplo, cualquier medida pequeña que se proponía, se hacía siempre mirando de reojo al vecino, y en ningún caso con auténtica voluntad de llevarla adelante si otros no se movían también. Un ejemplo claro fue el de la discusión del objetivo del 30% de reducción de emisiones por parte de la Unión Europea. Tanto amagó la Unión Europea con aprobarlo… que al final no lo hizo, evitando con ello que otros países también se movieran hacia delante.
La falta de liderazgo y el total desconcierto se puso de manifiesto cuando Obama mostró signos claros de que Estados Unidos no iba a moverse de su posición, expresada a través del proyecto de ley actualmente en discusión en el Senado norteamericano. A partir de ahí, nadie fue capaz de levantar claramente la bandera del cambio climático, y esta se quedó en el suelo.
Por último, merece una especial mención la desastrosa organización de la cumbre por parte del Gobierno de Dinamarca. Incapaz de jugar con habilidad el juego diplomático, las propuestas danesas llegaban siempre en momentos inoportunos, y requerían un esfuerzo para ser neutralizadas. A ello hay que sumar la represión feroz de un movimiento social pacífico que trató de llevar la vez de la sociedad civil a la Cumbre de Copenhague, en medio del caos organizativo y la burocracia de los gobiernos.
Como todos los que estuvimos en la Cumbre de Copenhague, el paso por el Bella Center dejó en mí un amargo sabor de frustración, al que fui llevado por la indignación con la que veía desde primera fila la indolencia de aquellos que tenían en sus manos la responsabilidad de sacar al planeta del atolladero ecológico en el que está metido. Así las cosas, nadie debería extrañarse de que finalmente cogiera mi pancarta y me plantara en la cena de los jefes de Estado, sólo a dos días de terminar la cumbre, en un desesperado y pacífico intento de llamar la atención sobre el fracaso hacia el que se abocaban las negociaciones.
Por más que haya quien me tache de delincuente (en mi caso no parece haber derecho a la presunción de inocencia), mucho mayor es el delito de aquellos que dejaron pasar la oportunidad en Copenhague de salvar el clima, e incumplieron el acuerdo internacional suscrito por ellos mismos en Bali. ¿Para ellos no hay castigo?
Tal vez el elemento más esperanzador ocurrido alrededor de la Cumbre de Copenhague, las protestas y las detenciones, es que mucha, mucha gente ha abierto sus ojos ante lo que está ocurriendo. El hecho evidente de que desde Río 92 han pasado ya 18 años y el sistema es incapaz de hacer algo efectivo contra la destrucción ecológica del planeta; por más que reconozca la gravedad de la situación, está ahora más en evidencia que nunca.
A pesar de las dificultades, la movilización ciudadana ha sido masiva. En Copenhague el 12 de diciembre salimos a la calle más de 100.000 personas reclamando un acuerdo justo, ambicioso y vinculante. La mayor manifestación jamás celebrada en la historia de Dinamarca, aunque ensombrecida por las injustas y masivas detenciones practicadas por la policía danesa. Al día siguiente, en vez de cubrir la gran fiesta ecologista, los medios mostraban filas de cientos de detenidos que eran llevados a aquel Guantánamo del clima.
Más de 13 millones de firmas fueron recogidas por las diversas organizaciones agrupadas alrededor de la campaña “tck, tck, tck”. Se produjeron cientos de movilizaciones, protestas y celebraciones en decenas de capitales durante aquellos días. De la misma manera, la movilización de apoyo a nuestra liberación ha sido impresionante. Más de 60.000 firmas conseguidas en sólo una semana muestran hasta qué punto el fracaso de Copenhague no les ha salido gratis a los que lo han promovido.
Ahora el gran reto del movimiento social contra el cambio climático es conseguir que esa presión social continúe y se multiplique. Está claro a estas alturas que sólo la movilización de la sociedad puede conseguir los cambios necesarios que los gobiernos y las empresas deben asumir para frenar el cambio climático. No hay otra alternativa que reducir las emisiones de CO², y hacerlo de forma drástica y urgente. Podemos seguir perdiendo el tiempo discutiéndolo, o podemos empezar a actuar.
Juan López de Uralde, director de Greenpeace España
Señores!!!! despertemos!!! no hago mas que leer y escuchar que el planeta esta enfermo,que si salvemos el planeta….jejej… el planeta tierra no es el que tiene el problema, el problema lo tenemos los que habitamos la tierra….y es muy..muy gordo, ya no hay marcha atras, y las consecuencias no se han hecho esperar. Hace mas de
15 0 20 años teniamos «la sarten por el mango», en ese momento si podiamos hacer variar «algo»y «frenar» el aumento de la temperatura. Pero eso solo era posible
cambiando totalmente el sistema de vida «capitalista y destructivo» que nos a llevado donde estamos, pero eso es una utopia en este mundo de egoismo absoluto. Es hora de prepararnos para lo peor, los cientificos no se equivocan, ya nos lo advirtieron hace años… el hielo de los polos se derretirá antes de 8 o 10 años, y las dramaticas consecuencias las tenemos aqui…no voy a enumerarlas, solo teneis que seguir las noticias para daros cuenta del panorama que nos espera!! Sequias extremas, frio extremo, inundaciones, incendios, falta de agua, enfermedades y otras epidemias van a asolar nuestro planeta, donde vivimos y lo que ello provocará..hambrunas y guerras por el agua y los alimentos basicos….debemos prepararnos para ello, ya es tarde para pensar que estos politicos corrompidos y obsoletos van a mover un solo dedo….no hay vuelta atras….
A toda vela, salvemos el planeta ya!!!, estamos con ustedes sin condicionamientos .Todo la gente de buena voluntad del planeta tiene puesto el corazon junto a Greenpeace y sus valientes luchadores de la dignidad y el sentido comun. Dios los bendiga. Un Abrazo energetico y planetario
Alex & Los Rosales SUPERSPAINS
http://www.myspace.com/superspains2009
[…] Juan López de Uralde, director de Greenpeace España Etiquetas: alterglobalización, cambio climático, doble verde, ecoandalucismo, Ecologismo, esperanza, medio ambiente, participación ciudadana, Política, radical democracia, renovables, solidaridad […]
la falta de voluntad política nos sume en un letargo perjudicial para todos, la tierra esta cambiando drasticamente y no hay tiempo para perderlo en discusiones de tipo económico, de nada sirve la norma si es inocua y no tiene en cuenta los verdaderos factores de riesgo, los cuales fueron tapados, al opacar las voces de los cientificos y expertos en el tema que quisieron participar en copenhague, debemos hacer respetar nuestro planeta, modificar esta engorrosa política y darle un nuevo respiro a la tierra
Todo lo que dices es muy cierto, sin embargo, solo llamas a que se multiplique la presión social, pero no dices como un ciudadano de a pie, como yo y muchos otros, pueden ejercer presión en los gobiernos.
Tal vez ayudaría mucho que enumerases algunas acciones que podríamos hacer de forma individual para mostrar nuestro total descontento contra las acciones de los países.
hola: el clima está cambiando, la gente de apié lo nota pero los politicos y «peces gordos» no. Bueno no es que no lo noten, sino que no les interesa. Si los gobiernos obligan a hacer cambos en las empresas para no contaminar, como son millones a invertir, estas se van para paises pobres donde alli a parte de tener mano de obra barata, pueden campar a sus anchas sin que el gobierno diga nada. En los paises ricos se hacen campañas de buen comportamiento con el medio ambiente, pero si buceamos por internet podemos ver que esas empresas con flamantes campañas , lavando imagen, están destrozando otros paises.
CO2, se puede remitir, existen energias renovables, ¿por que no se imponen y s suprimen las contaminanes? ¿por que no se cambia el diesel de los coches por, por ejemplo electricidad? La cosa está bastante clara NO INTERESA.
Pues a todas esas personas yo les digo:la tierra no es herencia de nuestros padres sino prestamo de nuestros hijos.
Sin duda amigos…
Debemos seguir dándoles la batalla… los delincuentes son ellos, no nosotros… Nosotros defendemos nuestro planeta, nosotros defendemos que la Tierra siga viva… No queremos un planeta más enfermo de lo que ya está…
Saludos solidarios