
Playa de Benidorm
Podríamos decir desde Greenpeace que observamos con estupor la entrevista publicada ayer en su diario al Secretario General del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro, sobre la aplicación de la Ley de Costas. Pero estupor es sinónimo de asombro y, desgraciadamente, ya nada sorprende en materia de gestión y protección de la costa y en “negociaciones de la aplicación de una ley”, como afirma el Secretario. No es la primera vez, en año y medio de gobierno, que denunciamos el retroceso histórico en la protección del dominio público marítimo terrestre.
Tras este tiempo de rebajas a la normativa, de paralización de expropiaciones y dobles raseros, desgraciadamente no nos sorprenden las respuestas dadas por el Secretario. El ejemplo más visible de la política actual del Ministerio de Medio Ambiente es que El Algarrobico sigue en pie. No sirven las excusas cuando prometieron derribarlo la pasada legislatura.
Si tenemos en cuenta que desde hace 20 años se ha ignorado la Ley de Costas y se ha construido hasta la saciedad, lo que ha dejado un legado de hasta el 70% de las promociones de segundas residencias sin vender en algunas provincias de Levante y una naturaleza devastada, no llama la atención que en esta entrevista el Sr. Martín Fragueiro afirme que “no pueden ignorar la crisis”. Lo que sí sorprende, sin embargo, es la afirmación de “primar las actuaciones que generen ingresos a los empresarios más que un programa de adquisición de fincas para preservarlas”, ya que es una clara declaración pública de dejación de funciones.
Lo que debe primar en sus tareas, Sr. Fragueiro, es la defensa del medio ambiente, no los intereses de unos pocos particulares. Así lo dice la Constitución.
Pilar Marcos, campaña de Costas de Greenpeace
Gracias Alfredo por continuar transmitiéndonos tus preocupaciones. En contestación a tu primera pregunta, repetirte que el objetivo de Greenpeace es la defensa del medio ambiente con, entre otras, todas las herramientas jurídicas disponibles. La Ley de Costas está vigente desde 1988 y en el Estado español, las leyes no se aplican con carácter retroactivo. De todas formas, creo que estaría bien que dirigieses tus preocupaciones sobre la indefensión de los derechos de algunos ciudadanos a la la Administración pública, que son los que tienen que velar por éstos.
Greenpeace lleva nueve años denunciando las ilegalidades en la costa, en nuestros informes hemos denunciado, incluso mucho antes del famoso informe de la eurodiputada Auken, los polémicos Proyectos de Actuación Integral (PAI) de la Generalitat Valenciana, donde además de destrozar el litoral, se vulneran muchos derechos de la propiedad. Pero repito, como organización política y económicamente independiente que defiende el medio ambiente, no tenemos como objetivo pronunciarnos con respecto a la insuficiencia sobre el respeto a la propiedad de la Ley de Costas. Sin embargo, sí seguiremos denunciando la falta de aplicación de la Ley de Costas, porque se sigue permitiendo construir en playas y acantilados.
Pilar Marcos
Greenpeace
Estimada Pilar, en primer lugar mi reconocimiento por haber publicado mi comentario y por haberlo contestado. Esto demuestra transparencia y deseos de debatir temas tan complejos como el de la Ley de Costas y su aplicacion. Me temo que no contestas a la cuestion. Es facil: ¿los derechos de los ciudadanos a los que se les ha aplicado esta ley sobre sus propiedades (construidas legalmente antes de 1988) prevalecen sobre los del Estado en esta materia o no?. Por otro lado ¿como es que nunca comentais la parte del Informe Auken en el que se denuncia la insuficiencia en el respeto a la propiedad a que ha dado lugar la aplicacion de esta ley?. Una verdad a medias es la mayor de las mentiras y eliminando de vuestro discurso de manera sistematica esa parte del informe os haceis complices de esa forma de actuar (totalitaria porque implica que el indivíduo y sus derechos siempre estan supeditados y sacrificados al interes del Estado).
Está claro que el Gobierno y otros pequeños Gobiernos ( en nuestro caso el Ayuntamiento de Leioa), hacen primar los intereses económicos a los medioambientales o a la preservación de las costas.
Nos encontramos en una lucha similar. Se va a destruir el último humedal que queda en la ria del Nervión para colocar una EDAR y ya de paso construir en el espacio sobrante oficinas que llenen de impuestos el bolsillo al ayuntamiento.
Os apoyamos en vuestra lucha.
Un saludo
Cristina
ladepuradora.blogspot.com
Estimado Alfredo,
Te escribo desde la campaña de Costas de Greenpeace. En el post arriba escrito denunciamos que: «Tras este tiempo de rebajas a la normativa, de paralización de expropiaciones y dobles raseros», es decir, una aplicación no igualitaria de la ley de costas en muchos casos. Por tanto, creo que nuestro posicionamiento no es ajeno a lo que denuncias y en ningún modo totalitario.
Quizás también te interese leer algunos pronunciamientos públicos de nuestra organización sobre la actual política de aplicación de la Ley de Costas en:
http://www.greenpeace.org/espana/news/090706
donde decimos que: «Greenpeace considera que la defensa de la costa tiene que ser incondicional por parte de las administraciones implicadas, sin rebajas ni excusas. No tiene ningún sentido derribar chiringuitos ilegales en playas urbanas si se sigue manteniendo un hotel ilegal de 21 plantas en la playa protegida de El Algarrobico. Y como El Algarrobico hay muchos otros ejemplos».
Respecto a los derechos de los ciudadanos y la política europea también hemos denunciado públicamente que:
http://www.greenpeace.org/espana/news/greenpeace-reclama-al-parlamen
”No nos sorprende que tanto PP como PSOE hayan presentado enmiendas coincidentes para suavizar el contenido del informe (sobre el conocido informe Auken que denuncia entre otras cosas la arbitrariedad en la aplicación de la Ley de Costas) , ya que los delitos urbanísticos en nuestro país no distinguen ideologías políticas”. “Desde Greenpeace, apelamos a la responsabilidad de los parlamentarios europeos para que con su apoyo y su voto a favor del informe Auken podamos salvaguardar el poco territorio virgen que queda en nuestro país”
La Constitución (Artículo 9.3) es clara respecto a irretroactividad de las leyes. Como organización ecologista, cuyo objetivo es defender el medio ambiente, entenderás que nosotros no somos quienes debemos manifestarnos sobre las indemnizaciones a los ciudadanos a los que se les ha expropiado su vivienda. Es materia del Estado garantizar una vivienda digna a los ciudadanos.
La Ley de Costas es un instrumento sólido e imprescindible para mantener el carácter público de nuestras playas y permitir su disfrute. Una normativa que sin embargo ha sido ignorada por muchas administraciones durante 20 años. Greenpeace seguirá defendiendo el litoral, por su valor medio ambiental, por su capacidad de provisión de bienes y servicios a todos los ciudadanos y por nuestro derecho a disfrutar de un medio ambiente sano, con la Ley de Costas como una de nuestras herramientas de apoyo jurídico.
Recibe un saludo,
Pilar Marcos
Responsable de la Campaña de Costas
Lo que tambien sorprende es la falta de pronunciamiento de los responsables de Greenpeace respecto de los derechos de los ciudadanos. Contesten de una vez una simple cuestión: ¿Se puede aplicar la Ley de Costas de 1988 sobre propiedades legales construidas antes de dicha Ley?. ¿Se les debe expoliar a los ciudadanos de sus propiedades sin una compensación justa y equivalente a la propiedad que se les quita por la aplicación retroactiva de una Ley?.Esa es la diferencia entre las posiciones totalitarias que Greenpeace mantiene en estos temas y el respeto a los derechos que se desprende de la legislacion europea.
¿Estupor? A mi me indigna tanta falta de interés del gobierno en la preservación del litoral.
Así se escribe, queridos amigos de Greenpeace. Seguid defendiéndonos de la agresión medioambiental. Que se carguen el medio ambiente las empresas es terrible. Pero que los mafiosos subidos a político las amparen, relativicen la ley, den prioridad a los intereses económicos frente a lo que es de todos y representa nuestro único futuro… es profundamente indignante. ¿Hasta cuándo?