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Archive for 21 de agosto de 2009

aida-articoEn Tasiilaq amanece a las tres de la mañana y muchas casas no tienen persianas, así que es frecuente encontrarse con turistas con cara de sueño. Esa es la pinta que tengo hoy pero no por el amanecer sino porque la impaciencia por iniciar las actividades científicas en uno de los parajes más espectaculares del mundo me ha despertado temprano.

Sólo llegar al barco me doy cuenta que no soy la única con cara de sueño: el periodista indio comenta que no ha podido dormir en toda la noche de la emoción de estar a bordo de un barco de Greenpeace y Texas, el radio operador, y Steven, el cámara de la expedición, se han levantado a las tres para preparar una conexión con Australia para las nueve de la mañana: vamos a entrar en directo en la ceremonia de estreno de “Age of Stupid”, una película ambientada en un futuro afectado por el cambio climático que hace referencia a la época en que pudo haberse detenido este fenómeno y no se hizo. Sin duda, el argumento invita a la reflexión (sobre todo en lugares como el Ártico donde los impactos son tan evidentes) y esto es lo que pretende nuestra conexión, poner de manifiesto la necesidad de actuar urgentemente si no queremos pasar a la historia como “la era de la estupidez”. De ello va a encargarse Eric Phillips, un experto explorador glaciar que forma parte de  a tripulación del Arctic Sunrise para esta expedición.

La conexión se realiza con éxito e inmediatamente después, el helicóptero del barco parte hacia el glaciar Helheim con el equipo de la CNN y el Dr. Gordon Hamilton (Universidad de Maine), para grabar imágenes y sus declaraciones. El resto de periodistas y fotógrafos sacan fotos o hacen entrevistas en el barco y, mientras todo esto sucede, el equipo de la Dra. Fiamma Straneo (Woods Hole Oceanographic Institution de los Estados Unidos) se prepara para iniciar los muestreos en el fiordo de Sermilikad. Con la ayuda de una grúa que han soldado a la cubierta del barco, van a sumergir un instrumento que mide la temperatura, la salinidad y la turbosidad del agua. Los datos obtenidos en varios puntos del fiordo (con diferentes profundidades) les van a permitir avanzar en la investigación acerca de la aceleración del deshielo de los glaciares de esta zona debido a la llegada de aguas subtropicales cálidas.

Este fenómeno ha sido escasamente estudiado hasta la fecha y no está previsto en los documentos oficiales sobre cambio climático ni en las proyecciones de escenarios que maneja el Panel Intergubernamental sobre Cambio climático de Naciones Unidas (IPCC). Los primeros indicios de la presencia de agua caliente en el entorno de estos glaciares fueron constatados en una expedición que el equipo de la Dra. Straneo realizó en 2005 y, ante las incertidumbres acerca de la influencia de este fenómeno en el derretimiento de los glaciares, consideraron interesante investigar en colaboración con un equipo de expertos en deshielo. Así fue como entraron en contacto con el Dr. Hamilton, centrado en el estudio de la aceleración del derretimiento glaciar en el Ártico. Desgraciadamente, los primeros resultados derivados de investigaciones conjuntas no llegaron a tiempo para ser incluidos en el proceso de elaboración del cuarto (y último hasta la fecha) informe del IPCC que, pese a publicarse en 2007, está basado en datos recopilados hasta 2005.

Los dos equipos se complementan a la perfección y han llegado a constatar que los glaciares que mayor aceleración presentan en el deshielo son los que, según los mapas de corrientes marinas, están más cerca de la corriente de agua cálida del golfo. Pero todavía quedan muchas dudas por resolver: ¿cuáles han sido las dinámicas oceánicas que se han alterado para que la corriente marina del golfo llegue a entrar en un contacto tan directo con el glaciar? ¿Cuál es la relación entre las alteraciones en la temperatura, salinidad y turbulencia del agua y la dinámica de comportamiento del glaciar? ¿Cuáles serían los escenarios de deshielo en un futuro si no frenamos este proceso de aceleración?

Los datos que recopilemos durante esta expedición van a aportar luz sobre estas cuestiones pero lo que ya está claro es que estos glaciares se derriten a un ritmo cada vez más acelerado y, con ello, contribuyen al aumento del nivel del mar en una magnitud que no estaba prevista en los escenarios recogidos por el IPCC en el año 2007.

Con estos datos en mente me hago una rápida composición de lugar que me pone los pelos de punta: si este fenómeno no está recogido en los escenarios previstos por el IPCC, los límites de reducción de emisiones recomendados por Naciones Unidas (del 25 al 40% para los países desarrollados en 2020) no son suficientes para frenar el cambio climático, entonces, no quiero ni imaginarme lo que puede pasar si el acuerdo de Copenhague no llega ni a estos mínimos. Un escenario que no es tan improbable si tenemos en cuenta que el compromiso unilateral de la Unión Europea para Copenhague (reducción conjunta del 20% de las emisiones para 2020) queda por debajo del rango recomendado por el IPCC.

El Dr. Hamilton hace una reflexión parecida en voz alta que termina con la necesidad de que “los líderes políticos estén a la altura en Copenhague si no queremos que se precipiten los acontecimientos y el cambio climático se convierta en algo irreversible”. Así que, ante esto, sólo nos quedan dos opciones: confiar en la talla política de los líderes mundiales o echarnos a temblar… Desde el Arctic Sunrise seguimos apostando -y trabajando- para garantizar la primera, sin embargo, lo que hemos escuchado no nos deja indiferentes y ni el hecho de encontrarnos en uno de los lugares más mágicos del mundo es suficiente para sentirnos plenamente felices hoy.

Aida Vila, campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace España

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iceberPLa extrema derecha, los movimientos neocon americanos y los lobbys negacionistas del cambio climático están haciendo circular por Internet la siguiente noticia: Greenpeace admite en directo en la BBC que mintió acerca de la fusión del Ártico.

La noticia no es cierta y está siendo promovida por el puñado de escépticos del calentamiento global. Si quieres ayudarnos difunde esta aclaración por la red y argumenta cualquier blog que encuentres sobre el tema.

Estos son los hechos: Gerd Leipold, nuestro Director Ejecutivo internacional, fue entrevistado en el programa de la BBC «HardTalk» hace unos días. En el transcurso de esta entrevista se generó un malentendido con el periodista Stephen Sackur, conductor del programa. Sackur citó un comunicado de Greenpeace (en realidad, se trataba de una historia web) del 15 de julio para intentar argumentar que Greenpeace exageró el impacto del cambio climático en el Ártico. Este es el párrafo que hace referencia:

  • Ártico libre de hielo. Nos llegan malas noticias. Un reciente estudio de la NASA ha demostrado que la capa de hielo no sólo es más pequeña, sino también más delgada y más reciente. El hielo marino ha decrecido de manera espectacular entre 2004 y 2008. El hielo antiguo (de más de 2 años de edad) tarda más en derretirse y también es mucho más difícil de reemplazar. Si este hielo disminuye, veremos veranos libres de hielo en el Ártico hacia 2030.”

Sackur alegó que Greenpeace estaba haciendo una predicción de que todo el hielo en el Ártico -incluida la placa de hielo de Groenlandia, que está en la tierra- dejaría de existir en 2030. Cosa que Greenpeace NO ha dicho en ningún momento. Cuando hablamos de «los veranos libres de hielo» en el Ártico, estamos usando el término de la misma manera que la NASA y los científicos del clima en todo el mundo lo utilizan: para describir un Ártico libre de hielo marino. Y Sackur, o su investigador, lo habrían comprendido si hubiera leído el artículo completo.

Cierto es que la frase en esa noticia web podría haber sido más precisa insertando la palabra MAR, para que el público no entendido no le hubiera quedado la más mínima duda. Pero el término “libre de hielo” para referirse a la falta de hielo en el océano era el utilizado en el informe de la NASA que se citaba, y es el término que comunmente se utiliza en todas las publicaciones científicas, así como entre periodistas. Incluso haciendo un experimento en google, si se realiza una búsqueda de las palabras “ice free summers” (veranos libres de hielo) y “artic” (Ártico) se obtienen unas 230.000 referencias. Y, sorpresa, la primera entrada es una historia de la misma BBC que habla de la retirada del hielo marino, con un sorprendente título: “Veranos libres de hielo en el Ártico en 2013” Con los mismos argumentos con los que se nos ataca ¿Estaría la BBC sugiriendo el colapso de toda la placa de hielo de Groenlandia?

Greenpeace no tienen ningún problema en argumentar cuestiones difíciles ni en defender una lucha justa, porque los argumentos están de nuestro lado. Argumentos compartidos mundialmente por toda la comunidad científica. Pero lo que no es moralmente aceptable es que se nos pida aclarar algo que no es cierto, sino una distorsión de los hechos.

Los pocos escépticos del cambio climático que aún quedan en el mundo, marginados por la comunidad científica, están intentando convertir esta historia absurda en una victoria, atacando a la organización por falta de precisión para así apoyar sus argumentos carentes de todo rigor científico de negación del cambio climático.

La situación es un pocosurrealista, que tengamos que ser nosotros los que aclaremos algo que no hemos dicho. Pero preferimos que las cosas queden bien claras para no dar el mínimo argumento a los que con mala fe, sin rigor periodístico ni científico, intentan agarrarse a un “clavo ardiendo” para seguir sosteniendo que la Tierra es plana.

Si quieres ayudar en la lucha contra el cambio climático comparte esta historia por la red. Y anima a la gente a seguir nuestro viaje a Groenlandia a bordo del Artic Sunrise con una tripulación de científicos y expertos glaciólogos de renombre mundial en una campaña de documentación e investigación del impacto del cambio climático en la zona.

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